Corría el año 1844-45 cuando un pequeño niño de unos dos o tres años de edad fue encontrado deambulando solo sobre un puente en Bristol, Inglaterra. Era la época de la epidemia de cólera y se cree que sus padres habrían muerto. El niño no hablaba inglés, por lo que no pudieron localizar a su familia. Estaba bien vestido, llevaba una medalla religiosa y su ropa estaba bordada con una letra T. En el orfanato a donde fue llevado lo nombraron Thomas, por la letra T, y Bridges (puente en inglés) por el lugar donde fue encontrado.
El Reverendo George Pakenham Despard adoptó al pequeño Thomas, a quién consideraba un “regalo de Dios”.
En 1856, a los 14 años, su nueva familia emprendió un viaje a las remotas islas del Atlántico Sur. Despard estaba instalando una misión anglicana en las Islas Malvinas. Allí, los compañeros de juegos y aventuras de Thomas eran niños Yámana. Fácilmente aprendió su idioma, un factor que, sin saberlo aún, sería determinante para el éxito de la misión. Toda su vida sintió una gran pasión por este complejo idioma, que más adelante lo llevó a escribir un diccionario Yámana-Inglés con más de 30 mil palabras.
Pasaron 3 años hasta que los misioneros creyeron que sería el momento indicado para establecerse en la costa Oeste de la isla Navarino. Durante la primera ceremonia religiosa en tierra, fueron atacados por los nativos y todos fueron asesinados, salvo el cocinero, quien había permanecido a bordo del barco.
Al enterarse de lo ocurrido, Despard se sintió tan desanimado y responsable de las muertes que decidió abandonar la misión y retornar a Inglaterra con su familia.Es entonces cuando Thomas, con tan solo 18 años de edad, decidió quedarse atrás y hacerse cargo de la misión.
Para seguir a cargo de la misión, la sociedad misionera exigió que se ordenase como Pastor e insistía en que debía casarse. Según decían, un hombre no debía estar solo en estas tierras tan remotas. Para ello viajó a Inglaterra en 1868.
Los escasos recursos con los que contaba la misión provenían exclusivamente de donaciones particulares. Aprovechando el viaje, Thomas recorrió Inglaterra dando conferencias sobre su labor, para promover estas donaciones. Fue en una de estas conferencias donde conoció a la joven maestra Mary Ann Varder, con quien se casaría luego de un breve cortejo. Dos días después del casamiento, se embarcaron rumbo a lo que sería el nuevo hogar para Mary Ann, dejando atrás su familia, sus amigos, y todo lo conocido.
Después de 3 años en las Malvinas, la familia Bridges, que ahora contaba con una pequeña nueva integrante llamada Mary, se asentó en la península hoy conocida como Ushuaia, convirtiéndose así en la primera familia de europeos en vivir permanentemente en Tierra del Fuego. Fue entonces cuando se fundó la Misión Anglicana.
Si bien los intentos previos de otros misioneros habían fracasado, el éxito de Thomas tenía raíces en aquellos inocentes juegos de niños. Haber aprendido su idioma le permitió establecer una amistosa relación de cooperación mutua.
Tras trece años establecidos en la peninsula Ushuaia, llegó la Division Expedicionaria del Comodoro Augusto Lasserre para tomar posesión sobre estas tierras en nombre de la Argentina.
Thomas Bridges recibió con agrado a los nuevos pobladores. Arrió la bandera de la Misión y fue invitado a izar por primera vez la bandera Argentina en estas tierras, nacionalizándose dos años más tarde.
La población originaria venia sufriendo enfermedades para los que no tenían anticuerpos y a poco de la partida de la División Expedicionaria, una devastadora epidemia de sarampión aniquiló a casi la mitad de la población nativa de Ushuaia.
Viendo que la Misión no tenia más futuro, Thomas renuncia a su cargo como Superintendente. En 1886, como reconocimiento por 30 años de servicio de la familia, el Congreso de la Nación le concedió tierras para que pudiera seguir trabajando en la zona, pero con exigencias y condiciones para garantizar la soberanía Argentina en el Canal Beagle. De esta forma, la Estancia Harberton se transformó en la primera empresa productiva de Tierra del Fuego.
Comenzó bajo el nombre de DownEast, ya que estaba al Este de Ushuaia, pero pronto fue nombrada Harberton en honor al pequeño pueblo donde nació su esposa, Mary Ann Varder.
En 1999, la Estancia Harberton fue declarada Monumento Histórico Nacional.
Hoy la actividad sigue en manos de la familia. Miembros de la cuarta, quinta y sexta generación aún viven aquí y trabajan dedicadamente para que todo el mundo pueda disfrutarla y conocer su historia.
Ruta J, Km 43
Tierra del Fuego, Argentina
Ubicados a 90 km de Ushuaia